2020 ha sido un año extraño para el mundo entero. En febrero llegó la epidemia que pensábamos que era ajena a nosotros, y nos cambió la vida a todos radicalmente de la noche a la mañana. De un día para otro, nos encontramos confinados en nuestras casas bajo el lema #EsteVirusLoParamosUnidos, aplaudiendo a los sanitarios desde nuestros balcones y escuchando la palabra ‘Coronavirus‘ a todas horas.

El Covid ha arrebatado más de un millón de vidas inocentes que debían seguir disfrutando muchos años más. Ha conseguido acabar con muchos negocios que no han podido resistir a tantos días de confinamiento. Ha hecho aumentar el sentimiento de soledad en uno de cada tres españoles, según el CIS.

Sin embargo, a todo se le debe buscar el lado bueno, incluso a las pandemias. El Covid ha hecho que paremos de golpe este ritmo de vida tan acelerado que llevábamos. De repente, nos hemos dado cuenta de que nada realmente importa cuando se pierde salud. Entonces, hemos empezado a valorar nuestra vida y a reflexionar si verdaderamente hacemos lo que queremos, lo que nos gusta. Hay quienes, gracias al Coronavirus, han cambiado el rumbo de sus vidas para crear los proyectos que siempre habían soñado.

A todo se le debe buscar el lado bueno, incluso a las pandemias

Hemos podido pasar más tiempo con nuestras familias. Los juegos de mesa que habían quedado en el fondo del armario han vuelto a ser divertidos. Las cocinas se han convertido en verdaderas panaderías y pastelerías, hasta el punto de agotar la levadura fresca de los supermercados. Las redes sociales han sido escenario de nuevos challenges y nuevas amistades, incluso nuevos amores. El largo tiempo disponible ha conseguido que llamásemos a aquel primo con quien nunca teníamos tiempo para hablar.

¿Trabajar sin tener que desplazarse? Ha sido posible. El teletrabajo ha hecho que nos soltemos más en el mundo digital. Y es este mundo digital el que nos ha entretenido con las largas horas de maratones de series, y donde hemos hecho cursos que nos han servido para aprender más lo que nos gusta. El Coronavirus ha acelerado la transformación digital, y han sido las herramientas tecnológicas las que han hecho sentirnos más cerca. La digitalización ocupa desde entonces un papel central en nuestras vidas, a la que los negocios se deben adaptar para garantizar su supervivencia.

El mundo se ha vuelto más solidario. Las personas mayores se han visto más arropadas por millones de voluntarios que les han hecho la compra y han reducido su soledad con las llamadas de teléfono. El confinamiento ha tenido consecuencias positivas medioambientales. La contaminación ha descendido.

Ahora aprendemos a disfrutar y valorar los pequeños gestos

Y los grandes. Tomarnos un café con un viejo amigo, abrazar a nuestros familiares o quedar para cenar con los compañeros de trabajo; dar un paseo por el campo, disfrutar del mar o conocer nuevas ciudades. Estas acciones que echamos tanto de menos van a ser posible en el 2021.

Del 2020 salimos más fuertes, con la capacidad de adaptarnos a situaciones tan inimaginables como el aislamiento provocado por una pandemia; salimos con más ganas de poder disfrutar de la cercanía de las personas a las que queremos; salimos con más energía para demostrarle al mundo las nuevas habilidades aprendidas

Y salimos para entrar en 2021, un año lleno de ilusión, nuevos proyectos, familia, amigos, abrazos, besos, bodas, naturaleza, cafés, bares, fiestas, risas, viajes,…

Feliz año tan esperado. 

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